
Tu llano es como la lluvia de otoño,
desgarrador y feroz.
Empapan mis esfuerzos al consolarte,
Empapan mis esfuerzos al consolarte,
aunque tus ojos aplauden
por querer detenerlo.
Cuando al fin se detiene,
por querer detenerlo.
Cuando al fin se detiene,
me miras; y recuerdo un amanecer.
Tus ojos brillan como un despampanante rayo del Sol
Tus ojos brillan como un despampanante rayo del Sol
y tu nariz rojiza, como el fulgor que se manifiesta en el horizonte.
No, no des explicaciones.
No, no des explicaciones.
Toma, te obsequio mi abrazo; con el acuna tu agonía y hazla callar...
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