Más el tiempo pasa,
los autos andan, las luces se encienden y se apagan, la gente camina incesante,
y es así todo el tiempo.
Más cuando estás al contorno
de mí, cuando tu voz aun estando quieta, resuena dentro de mí, me adentro a un
mundo de sentires que acarician como pluma en mi espalda.
Insólitos colores que
tiñen las veredas que dirigen nuestros pasos hacia el encuentro.
Suavidades y texturas
diversas que me tocan cada vez que tus poros rozan los míos con el sabor a tu piel
de mujer.
Si hasta tus miradas
son caricias, más tu sonrisas que me abrazan en calor dulce.
Más tus ojos, oscuros
pero tan transparentes que al mirarlos creo ver lo más blando de ti.
Y ni hablar de tus
labios, almohadas, almohadas sabrosas. Almohadas porque podría tener mis
mejores sueños descansando en proximidad de ellos. Frescas y carnosas como frutas silvestres,
hablan aun cuando ni palabra pronuncias. Y mi piel los llama, mis mejillas, mi
cuello, mis labios, mi frente, mis dedos…Mi piel llama a tus labios, mi piel
siempre espera su encuentro…Y seca está
cuando las horas la distancian de la humedad de tu boca,
lánguidos mis brazos cuando no reposan en tus
hombros.
Tu distancia, es frío
que hiere.
Tu cercanía, es calor
que abriga.
Si volar quieres, te
ayudo a extender tus alas despidiéndote en la ventana…
Si quedarte quieres,
te abro la puerta saludándote en la entrada…
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