Sabor desabrido como el café de madrugada, y tenaz como el maldito pensamiento que te busca hasta hallarte entre los escombros de mi memoria. Las velas se retuercen tras las horas que ya comienzan a tomar olor de agonía. Mis manos que sujetan mi cabeza, cansada, leve…
mi pestañear que a pesadumbre se resiste a dormir, por miedo a soñar otra vez, por miedo a soñar contigo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario